EXPENDIENDO CRÍOS
Expender:
Vender cosas al por mayor.
Crío, cría:
Niño de pocos días, meses o años.
La historia tiene su inicio en una fotografía publicada en el periodico Vidette-Messenger de Valparaiso, Indiana, el día 5 de agosto de 1948.
La descripción de la fotografía decía:
“Un gran letrero de ‘Venta’ en un patio de Chicago cuenta la historia trágica del Sr. Ray y la Sra. Lucille Chalifoux, quienes se enfrentan al desalojo de su apartamento.
Sin un lugar al que acudir, el conductor de camión de carbón desempleado y su esposa deciden vender a sus cuatro hijos.
La señora Lucille Chalifoux vuelve la cabeza hacia la cámara mientras sus hijos miran asombrados.
En el escalón superior están Lana, 6 y Rae, 5.
A continuación, se encuentran Milton, 4 y Sue Ellen, 2 ” .
Los niños divertidos y un poco confundidos al tener una cámara frente a ellos, Lana, de 6 años, se encuentra sonriendo a la cámara y todos los hermanos uno con un brazo alrededor del otro, sin saber que estaban en venta.
Lucille Chalifoux, la madre, tal y como podemos apreciar en la fotografía se encontraba embarazada.
La foto también se publicó en periódicos de Ohio, Wisconsin, Michigan, Nueva York, Pensilvania, Iowa y Texas, entre otros.
Nadie creyó esa historia.
Pero …….
La historia es verdadera.
La historia también nos dice que varios días después, en el periódico Chicago Heights Star, una mujer de Chicago se ofreció a abrir su hogar para los niños, llegaron ofertas de trabajo, hogares y asistencia financiera.
A pesar de lo anterior, en menos de dos años, los cinco niños, incluido el que todavía no había nacido, fueron vendidos.
Los primeros en ser vendidos, el 27 de agosto de 1950, fueron RaeAnn Mills y su hermano Milton.
Se fueron a vivir con la familia Zoeteman.
Sus nuevos padres les cambiaron de nombres.
El nombre de RaeAnn fue cambiado a Beverly.
El nombre de Milton se convirtió en Kenneth.
No se puede decir que tuvieron una mejora en sus condiciones de vida.
Lo que si se puede asegurar es que, los encadenaban a un granero y eran obligados a trabajar largas horas en el campo dentro de la parcela 120, la que pertenece a la familia Zoeteman.
Milton dice que desde su primer día con la familia Zoeteman, lo ataron, lo golpearon, lo patearon, lo dejaron solo durante días amarrado en un granero y solo le dio un poco de leche y mantequilla de maní.
Le dijeron que esencialmente sería un esclavo en su granja.
Milton usó un cuchillo de maíz para luchar contra las ratas en el establo.
Después de ese primer encuentro, Ruth Zoeteman limpió las heridas de Milton y le dijo:
“Te amo y de ahora en adelante, serás mi niño”.
Pero su padre adoptivo continuó el abuso.
“Le pregunté por qué”
“Dijo que tenía que mantenerme en línea.
‘Si tienes miedo, me escucharás’. ”
A medida que Milton crecía, reaccionaba a las palizas, al hambre y otros abusos con rabia violenta.
Un juez lo consideró una amenaza para la sociedad.
Pasó varios años en un hospital psiquiátrico luego de ser obligado a elegir entre eso y un reformatorio (un centro de detención juvenil).
Dijo que le diagnosticaron esquizofrenia y ataques de rabia.
En junio de 1967, fue liberado.
Su vida al lado de la familia Zoetman llegó a su fin.
Un trabajador social tomó el caso y se reveló que la familia Zoetman nunca habían adoptado a los niños.
Fue enviado al hogar de una tía.
Milton Chalifoux finalmente se mudó a Chicago y se casó.
Tiempo después un médico le dijo que el aire contaminado era malo para su corazón y que necesitaba aire fresco y dijo que :
“Mis suegros nos dieron $ 500 y nos mudamos a Arizona”.
Más tarde conoció a su madre biológica e incluso vivió con ella durante un mes en 1970, pero las cosas se pusieron feas después de una pelea con su segundo marido y dijo:
Hay muchas cosas en mi infancia que no puedo recordar”.
Y sin duda mucho de lo que recuerda lo preferiría olvidar.
Ahora con 69 años, Milton Chalifoux vive en Tucson, Arizona, ya no está casado y opinó respecto a su madre:
“Mi madre biológica, ella nunca me amó.
Ella no se disculpó por venderme.
Ella me odiaba tanto que no le importaba ”.
RaeAnn tiene un certificado de nacimiento que muestra que ella nació en la residencia de su madre cerca de 91st Street y South Commercial Avenue en South Chicago.
Todavía tiene el vestido a cuadros marrón y blanco que llevaba y los pantalones de pana verdes desgarrados que usaba Milton Chalifoux el día que se fueron a vivir con John y Ruth Zoeteman en su granja en DeMotte, Indiana.
Así como la nota que llevaba consigo que decía que no tenía otras pertenencias.
RaeAnn dice que aquel 27 de agosto de 1950 fue vendida por $ 2 dolares para que su madre pudiera tener dinero para jugar al bingo y porque el hombre con el que salía su madre no quería tener nada que ver con los niños.
Su hermano estaba llorando cerca, así que la pareja también se lo llevó.
Recuerda que la criaron en un hogar abusivo y sin amor.
“Solían encadenarnos todo el tiempo, cuando era una niña pequeña, éramos trabajadores de campo”.
RaeAnn se fue de casa a los 17, poco después de sufrir una situación brutalmente traumática.
En su adolescencia fue secuestrada y violada, lo que resultó en un embarazo.
La enviaron a Michigan a un hogar para madres solteras y cuando trajo al bebé a DeMotte, se lo quitaron y lo dieron en adopción.
“A los 17, me fui de casa y nunca miré hacia atrás”.
Su hijo Lance Gray dijo que la vida de su madre es como una historia de horror.
“Nadie lo cree”.
RaeAnn se reunió con su madre biológica cuando tenía 21 años, pero no fue una experiencia agradable.
Su madre no expresó ningún remordimiento ni pesar y no le expresó amor.
Un día le preguntó a su mamá:
¨Cómo es que te desprendiste de nosotros.
Y me contesto:
Porque me enfermas, no los soportaba.
Su hija Lauren le dijo:
Mamá tú no quisiste decir eso.
Y mi madre dijo:
Quise decir exactamente las palabras que le dije.
Por parte de sus padres adoptivos.
Solamente una vez sintió una expresión de amor de John Zoeteman.
Llegó a su lecho de muerte.
Él le pidió un abrazo, el único que ella recibió de él.
Entonces él le dijo:
“Realmente te amaba.
No me dijo te amo.
Dijo te amaba.“.
Nunca le había hablado con amor.
Respecto a sus sentimientos hacia John Zoeteman dijo :
¨Lo odio.
A ambos.
Especialmente a ella.
Cuando mi hermano y yo estábamos en el campo, ella estaba bajo la sombra de un árbol tomando té helado y observándonos con binoculares.
Caminábamos todo el día en el campo.
Trabajando.
Aquí la entrevista.
Con el paso del tiempo solamente tuvieron contacto con uno de sus hermanos.
David McDaniel estaba en el vientre de su madre cuando se tomó la foto.
Vive en el estado de Washington y trabaja como conductor de semirremolques.
Bedford Chalifoux tenía solo 9 meses de edad cuando fue adoptado por Harry y Luella McDaniel y pasó a llamarse David McDaniel.
“No podían tener hijos”.
Nació el 26 de septiembre de 1948, como Bedford Chalifoux.
Los registros muestran que Harry y Luella McDaniel tuvieron la custodia de él desde el 16 de julio de 1949.
Cuando llegó a las manos de Harry y Luella McDaniel estaba en mala forma.
Malnutrido y maltratado.
Sus padres adoptivos eran estrictos pero cariñosos y solidarios.
David McDaniel creció en Wheatfield, a un par de millas de distancia de sus hermanos RaeAnn Mills y Milton Chalifoux, en el condado de Jasper, Indiana.
David McDaniel dice que a veces montaba su bicicleta o su caballo las millas que separaban las nuevas casas de los hermanos y los revisaba :
Estarían atados en el granero.
Fueron maltratados “
David McDaniel dijo que era un poco rebelde y se fue de su casa cuando tenía aproximadamente 16½ años y se desvió un poco antes de unirse al ejército.
Es veterano de Vietnam.
David McDaniel no recuerda exactamente cuándo sus padres adoptivos le dijeron que estaba relacionado con Milton y RaeAnn y le contaron su historia.
RaeAnn dijo que fue David McDaniel quien le dijo a ella y a Milton que él era su hermano.
Vio a su madre biológica después de convertirse en adulto.
“Tan pronto como mi madre me vio, me dijo:
‘Te ves igual que tu padre'”.
“Ella nunca se disculpó.
En aquel entonces, era la supervivencia.
¿Quiénes somos nosotros para juzgar?
Él no alberga amargura.
“Todos somos seres humanos. Todos cometemos errores.
Ella podría haber estado pensando en los niños.
No quería que murieran “.
Tu esposo te abandona, no tienes trabajo y te estás preparando para ser expulsado de tu apartamento;
“¿Qué se supone que debes hacer?
Y mi opinión era que ella estaba pensando en nosotros, los niños “.
Dijo que no sabía mucho sobre su padre y que según los registros:
“No regresó a casa debido a un historial criminal en su contra en el Condado de Cook, Illinois”.
Sin embargo, a David McDaniel le gustaría saber más sobre la vida de su padre después de que él dejara a la familia.
Quiere saber si su padre biológico tuvo otros hijos cuando se mudó a Nueva Jersey
“Puede que tenga hermanos ahí fuera, hermanastro o hermanastra.
Sería bueno saberlo”.
Obviamente el trío de hermanos ignoraba el destino de sus hermanos.
Llegan las redes sociales y RaeAnn le solicitó ayuda a su hijo para tratar de buscar a sus hermanos y establecer nuevas conexiones con el resto de la familia.
“Quiero encontrar familia antes de morir”, dijo.
Mientras realizaba la búsqueda, la foto salió a la superficie.
“Mi hermano (Milton Chalifoux) en Tucson de alguna manera la envió a mi correo electrónico y dije Dios mío esa soy yo ”
Ella no recuerda la fotografía que le tomaron ese día y no tiene ningún recuerdo de su padre biológico.
Entonces, por medio de las redes sociales supieron de sus otras dos hermanas, Lana y Sue Ellen.
Lana había muerto de cáncer en 1998, pero Sue Ellen Chalifoux todavía estaba viva.
Un fin de semana a principios de mayo del 2013, RaeAnn y su hijo Lance Gray viajaron 200 millas desde su casa en Washington, Indiana, para visitar a Sue Ellen Chalifoux en Hessville, Indiana, que comparte con su hijo, Timothy Charnote.
Llegaron con docenas de viejas fotos y baratijas, forraje para contar historias.
Finalmente Sue Ellen Chalifouxis (izquierda) y RaeAnn Mills se reunieron.
RaeAnn Mills movió un cepillo dentro de una botella de esmalte de uñas del color de una caja de muñecas Barbie, tomó con mucho amor la mano de su hermana y alisó una delgada capa de esmalte de color “rosa para siempre” sobre cada uña.
Fue la primera vez que se pintaron las uñas, un momento que las hermanas generalmente comparten desde que son adolescentes.
Nunca tuvieron la oportunidad.
Tenían 7 y 4 años cuando la vida los separó.
Ese día RaeAnn Mills tienía 70 años.
Su hermana Sue Ellen Chalifoux 67 años.
No se pudo despedir de ella a la mañana siguiente.
Timothy Charnote se lo prohibió.
¨Puede ser que sea la última vez que la veo¨
Nada lo hizo cambiar de opinión.
Dijo que estaba dormida y que no quería que la despertaran.
Sue Ellen murió un mes después.
Sue Ellen fue criada cerca de su hogar original, creciendo en el vecindario East Side de Chicago.
No se sabe mucho de su vida.
Su opinión sobre su madre biológica:
“Ella necesita estar en el infierno ardiendo“.
Cuando Timothy Charnote era un niño y desobedecía, su madre le advirtió que fuera bueno o ella lo vendería, tal como su madre la vendió.
Pensó que ella estaba siendo graciosa.
Entonces vio la foto.
Respecto a la hermanad mayor.
Lana murió de cáncer en 1998.
Lucille Chalifoux se volvió a casar después de vender o regalar a sus cinco hijos y tuvo cuatro hijas más.
David McDaniel dijo:
“Ella se quedó con ellos; no se quedó con nosotros”
Todos los hijos comentan que cuando finalmente visitaron a su madre, no les mostró amor alguno y nunca les dijo que lamenta haberlos dejado ir.
Tres la condenan.
Uno la justifica.
Una de las dos partes están mal.
Tal vez ganan los primeros y no por ser mayoría.
Ya que aunque sabemos que no se debe de condenar a una madre.
A quien ya le llegará el tiempo de la cuenta y responderá por sus hechos.
En el caso que nos ocupa si procede.
Ya que una madre puede ser acusada de ese único delito en que puede ser condenado un Presidente.
Traición.
El Presidente hace traición al País.
La madre hace traición al ombligo umbilical.
Y la traición se debe a que aunque tuviera propuestas de casa para dormir, comida y trabajo realizadas por varias personas.
Vendió a sus hijos.
Los traicionó no por motivos económicos.
Fue por motivos carnales.
Por un hombre.
Es fácil para esos hijos condenar.
Es difícil para algunos el decir que eso es imperdonable.
Mas hay que estar en los zapatos de ese fulano.
Quien no tuvo suerte de tener amor de madre.
Es cierto que cada quien puede vivir su vida.
Mas cuando una madre trata de borrar su pasado al borrar a sus hijos de su vida por la llegada de un hombre.
No solamente vive su vida sino que cambia la vida de los demás.
Sobretodo de esos hermanos separados que sienten el llamado de la sangre.
Y que pagan culpas ajenas.
Aunque a final de cuentas condenarla es abrigar un sentimiento.
Un sentimiento que hace daño.
Por eso no se debe condenar a la madre.
Se deben de asimilar los hechos y continuar adelante.
Tratar de justificar lo injustificable.
La lascivia.
Porque ese hijo que la justifica lo hace no porque hubiera tenido la razón la madre al abandonarlo sino debido a que tiene un enorme corazón.
No importa lo sufrido.
Al final de las cosas, sin duda alguna no son los únicos hermanos en el mundo en que la madre favorece a unos y desprecia a otros.
Esa historia suena familiar.
Por lo constante.
Lo que no es constante es que una madre venda a sus hijos al por mayor.
Nunca una madre puede ser tan pobre que no tenga más remedio que considerar vender a sus propios hijos.
La fotografía es tan famosa que tiene hasta recreaciones.
Mas no saben la historia de esa fotografía.
¿Qué tenemos entonces?
Una fotografía desgarradora.
Sin embargo no es la fotografía que se publicó en los periódicos en 1948.
Esa fotografía que muestra a cuatro niños pequeños acurrucados en los escalones frente a una casa en Chicago, detrás de un cartel que dice:
“4 niños a la venta, pregunte dentro¨.
Esa fotografía solamente cuenta una parte de la historia.
La verdadera fotografía desgarradora es la que capta el momento en Rae Mills le pinta las uñas a Sue Ellen.
Refleja el cariño humano.
Sabían las dos que eran de los últimos si no es que el ultimo momento que pasaban juntas.
Sabían que pronto iba a morir una de ellas.
Es un momento que muchos lectores de la presente publicación lo han vivido.
Drama humano.
En unos ojos sigue la ilusión de vivir.
De planes.
De futuro.
Los otros ojos se apagan lentamente.
De planes o de futuro.
Una sonrisa en la comisura de los labios.
IMAGINATE qué tan desesperado debes estar para vender a tus hijos.