PALADÍN DESDEÑADO
Paladín: Caballero que en la guerra se distinguía por sus hazañas valientes defendiendo esforzadamente una causa noble. Desdeñar: No considerar de importancia una persona o cosa.
Epigmenio González Flores llegó en 1838 a la Ciudad de México.
Fue directamente a palacio nacional y se presentó al guardia diciendo:
“Yo soy Epigmenio González, uno de los padres de la patria, el primer armero de la revolución de independencia”
El guardia, desprevenido, mira al pobre hombre, sucio y descuidado, con 10 años más en la cara de los que realmente tiene y le contesta:
“¿Quién?”
Epigmenio González comienza a explicar su historia, el guardia lo escucha con cierto recelo, a instantes se distrae, se aburre y de repente vuelve al relato, al cabo de unos minutos termina de narrar toda su historia.
La contestación que recibió fue:
“Pues mire, aquí la lista de los padres de la patria ya está hecha. Ahí le van: Aldama, Allende, Morelos, pero usted no figura,
“La lista de los padres de la patria ya está completa”
En pocas palabras, como dijo el escritor Paco Taibo II :
“Lo mandaron a chingar a su madre”
Pero …….
¿Quién es Epigmenio González ?
Epigmenio González en 1810 tenía 32 años y un pequeño comercio en la Calle de San Francisco, en la Ciudad de Querétaro.
Fue una de las personas que junto a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Aldama y Josefa Ortiz, serán los conspiradores de la independencia de México.
“La Conspiración de Chocolate” fue el nombre que los Queretanos participantes le darían a estas juntas independentistas.
El chocolate era el alma de esa época, pues lo tomaban ricos y pobres, hombres y mujeres, niños y adultos, por eso, humeante, esa bebida siempre estuvo presente en las reuniones que forjaron la patria.
Las reuniones de los conjurados se llevaban a cabo en la casa de José Miguel Domínguez, Corregidor de Santiago de Querétaro.
Antes de la remodelación:
Un acercamiento a la placa conmemorativa.
El grupo conspirador tenía pretendido alzarse en armas el mes de Octubre de 1810 en San Juan de los Lagos, Jalisco.
Epigmenio González y su hermano Emeterio simpatizaron y cooperaron desde un inicio con la causa insurgente fabricando y almacenando cartuchos en su domicilio.
El 13 de Septiembre de 1810, fueron denunciados por Francisco Buera ante el cura Rafael de León y éste ante el comandante Ignacio García Rebolledo que presionó al corregidor José Miguel Domínguez para catear la casa de los hermanos González.
En el lugar se encontró armamento almacenado, en consecuencia Epigmenio y Emeterio fueron aprehendidos y se mantuvieron firmes en sus ideales de independencia.
Muchos de los primeros detenidos relacionados con el movimiento insurrecto lo negaron todo:
“Yo no sabía”
“Yo sólo iba pasando”
“Me confunden”
Otros involucrados hicieron tratos y aceptaron dar el nombre de otros miembros a cambio del perdón.
Por el contrario, cuando interrogaron a Epigmenio González él dijo que sí, que iba por la Independencia, su hermano Emeterio proporcionó igual respuesta.
Fueron llevados presos a la Ciudad de México.
Desde la cárcel siguen participando en la conspiración y al ser descubiertos Emeterio fue juzgado nuevamente y se le sentenció a muerte.
Fue ejecutado en Ciudad de México en 1812.
Por otro lado Epigmenio González fue conminado a revelar los detalles de la conspiración pero guardó silencio y rechazó el indulto ofrecido.
Antes de que las huestes de la Independencia llegara a la Ciudad de México y liberaran a los detenidos, tal y como los insurgentes lo hacían con cada cárcel que encontraban a su paso:
Fue conducido al puerto de Acapulco:
Allí fue recluido en una prisión de alta seguridad en el Fuerte de San Diego:
Así podemos apreciar el Fuerte de San Diego en la actualidad:
Cuando la lucha de Independencia se fue acercando a Acapulco, Epigmenio González fue enviado a Manila en las Filipinas.
En 1821, al consumarse la Independencia de México, permaneció en Filipinas, pues ese territorio todavía dependía de España ya que no reconocía la independencia de México.
Salió libre en 1837 consiguió de las autoridades de Filipinas pasaje para España.
Y en España, tras buscar por todos los medios, un comerciante se compadeció de él y le presto dinero.
Fue hasta en 1838, cuando Epigmenio González finalmente pudo regresar a su patria, estaba enfermo, renco y no tenía ni como regresar a México.
Cabe destacar el poco reconocimiento a éste héroe, conspirador original de los inicios de la independencia de México, que al regresar a su patria en 1838 nadie lo recordaba.
Epigmenio González consiguió un trabajo como guía de museo hasta que un periodista lo descubrió allí y publicó su historia en el periódico “La Revolución”.
Se entrevistó en 1839 con el entonces presidente Nicolás Bravo, ganó una palmadita en la espalda y como reconocimiento un puesto como vigilante en la casa de moneda de Guadalajara.
Falleció el 19 de Julio de 1858, a los 80 años de edad.
Tiene su estatua en Queretaro:
Un acercamiento.
¿Qué tenemos entonces?
Cuando se dice que la conspiración de Queretaro fue descubierta, en realidad lo que sucedió es que los hermanos fueron capturados en su tienda, iniciando así la lucha por la Independencia.
Después de su detención Ignacio Allende cabalgó toda la noche, desde San Miguel en Queretaro hasta Dolores en Hidalgo, para avisar al cura Hidalgo que habían sido descubiertos directamente en su casa.
Probablemente si no hubieran detenido a Epigmenio González y su hermano, la Independencia nunca hubiera tenido lugar.
La chispa no se hubiera encendido.
Las personas nunca hubieran llegado a la iglesia al escuchar las campanadas.
Cada día 16 de Septiembre en el aniversario de la independencia de México escuchamos al Presidente gritar:
¡Mexicanos!
¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
¡Víva Hidalgo!
¡Viva Morelos!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende!
¡Vivan Aldama y Matamoros!
¡Viva la independencia nacional!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
Ahora sabemos que faltan nombres en esa lista.
Nadie dice:
¡Viva Epigmenio González!
La historia misma es un ente cambiante y dinámico en cuanto a que nuevos descubrimientos y evidencias nos demuestran que actos o acontecimientos ocurrieron de manera diferente a lo que hasta hoy sabemos.
Epigmenio González fue uno de estos héroes olvidados, al que, finalmente, se le ha hecho justicia.
No debemos olvidar su nombre.
Porque esos son los hombres que hacen la revolución.
IMAGINATE la lucha de independencia duró 11 años y Epigmenio González fue encarcelado por 26 años, si hubiera estado en una prisión de la Ciudad de México hubiera sido liberado tal vez ese mismo año de 1810.
MISTERIO RESUELTO 0086.