La Vitamina C no cura la gripe, otra vitamina lo hace.

AÑADIDO BALDÍO

Añadir:
Sumar o unir una cosa a otra de manera que forme un todo homogéneo o que aumente en algún sentido.

Baldío:
 Que resulta inútil porque no ofrece ningún resultado

 

Todos desde la infancia sabemos que existen cuatro estaciones del año.

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Sabemos que en la tercera estación del año, el clima empieza a ponerse frío y también empieza el virus de la Gripe.

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Sabemos así mismo que con el fin de prepararnos para afrontar ese clima y no enfermar mientras seguimos jugando en ese frío, se tenía que seguir el consejo de la abuela:

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Tomar Vitamina C.

Ya sea en suplementos, alimentos, frutas, verduras, jugos, gotas para la tos, té u otras formas.

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En un dulce.

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Sin olvidar que el Sol también es una buena fuente de vitamina C.

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Decía la abuela que las frutas ácidas como las naranjas, limones o los kiwis, es un seguro de vida ante el resfriado común que es la enfermedad infecciosa más frecuente en los seres humanos.

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Y de la cual la persona promedio se contagia varias veces al año.

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Pero …….

Lo siento abuela.

La ciencia a abordado estas ideas y llegó a la siguiente conclusión:

La vitamina C no previene la gripe.

Hemos sido engañados.

Y sabemos quien es el culpable.

La leyenda popular tiene su origen en el Bioquímico estadounidense Irwin Stone.

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Si bien no fue el primero en realizar estudios sobre la vitamina C ya que desde el 5 de junio de 1948 existían estudios respecto a la privación de la vitamina C quienes concluyeron que:

¨”la duración media geométrica de los resfriados fue de 6,4 días en sujetos privados de vitamina C y 3,3 días en sujetos no privados, los autores concluyeron que la ausencia de vitamina C tiende a causar que los resfriados duren más¨

Si fue el primero en usar ácido ascórbico (vitamiva C) en la industria de procesamiento de alimentos como conservante.

Lo cual le dio la idea de que los humanos requieren cantidades mucho más grandes de vitamina C para una salud óptima y no enfermar de resfriados.

Algo lógico en un inicio.

Si no tomas, enfermas.

Si tomas poco, enfermas a la mitad.

En conclusión:

Si tomas mucho, no enfermas,

Y se quedó con ese par de premisas y su conclusión.

De su mente no salía esa idea.

El tiempo pasó, se acercaba el momento de ser conocida en el mundo entero.

Lo cual sucedió cuando Irwin Stone le hizo llegar esa idea a Linus Pauling por medio de:

“Copias de algunos artículos que acababa de publicar, con el título general” Hipoascorbemia, una enfermedad genética “.

Los 3.000 miligramos por día que recomendó 50 veces la dosis diaria recomendada.

Mi esposa y yo comenzamos a tomar esta cantidad de vitamina … (y) los resfriados graves que había sufrido varias veces al año durante toda mi vida, no ocurrió más tiempo.

Después de unos años, aumenté mi ingesta de vitamina C a 100 veces, luego 200 veces y luego 300 veces la dosis diaria recomendada (ahora 18,000 mg por día).

Entre los diversos argumentos que Irwin Stone presentó para respaldar su tesis de que la ingesta fisiológica adecuada de vitamina C es 50 o más veces, la RDA fueron dos que me impresionaron especialmente …

Casi todas las especies animales: perros, gatos, vacas, caballos, elefantes, y así sucesivamente – han seguido sintetizando ascorbato …

El segundo hecho que me impresionó es que los animales fabrican cantidades muy grandes de ascorbato.

La cantidad fabricada es aproximadamente proporcional al peso corporal y se convierte en el peso de un ser humano , oscila entre unos 2.000 y 20.000 miligramos por día.

Irwin Stone llegó a la conclusión de que los seres humanos con una dieta promedio son, en consecuencia, todos hipoascorbemia, una deficiencia de ascorbato en la sangre y los tejidos “

La idea alcanzó la fama.

El tema se hizo popular después de 1970 cuando Linus Pauling escribió un libro de gran venta:

La vitamina C y el resfriado común.

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El libro trata sobre la vitamina C , sus interacciones con el resfriado común y su papel en la salud humana.

El libro promovió la idea de que tomar grandes cantidades de vitamina C para prevenir el  resfriado común.

En su libro, Linus Pauling realizaba afirmaciones tales como que:

“Dosis elevadas de suplementos de vitamina C pueden curarlo todo, desde enfermedades cardíacas a la lepra e incluso el cáncer“.

Para probar que también con el cáncer era efectivo la ingesta de vitamina C, en 1971 publicó  Cáncer y vitamina C.

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En 1976 publicó Vitamina C, el resfriado común y la gripe.

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Hay una diferencia entre el resfriado común y la gripe.

Pero eso es otra historia.

Desde su primera edición, el libro de Linus Pauling provocó un gran interés en el tema entre los laicos y también entre los círculos académicos.

El autor de esos libros tenía grandes credenciales,   Linus Pauling, era -y sigue siendo- el primer individuo que ha sido capaz de ganar dos premios Nobel no compartidos totalmente y el único que ha ganado dos Nobel en campos tan diferentes como son la química y la paz.

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La fuente era confiable.

Varios científicos se dieron a la tarea de llevar a cabo una serie de ensayos controlados.

Rápidamente salió la publicación de dos revisiones y un estudio primario que concluyó que la vitamina C no influye en el resfriado común, los siguientes estudios realizados a través de los siguientes años, arrojaron el mismo resultado.

El libro fue rechazado por las sociedades médicas de la época y sigue siendo rechazado.

Lo cual no impidió que sus escritos fuesen creídos a rajatabla.

Como si fuera un hecho.

Y hasta el día de hoy.

Aquí parte de esos estudios:

Publicado el 23 de septiembre de 1972.

Se encontró que, en términos del número promedio de resfriados y días de enfermedad por sujeto, el grupo de vitamina experimentó menos enfermedad que el grupo de placebo, pero las diferencias fueron menores que las reclamadas y estadísticamente no fueron significativas.

Publicado el 3 de enero de 1974.

El estudio reportó que el grupo de vitamina C tenía resfriados menos graves, pero otros científicos que revisaron el estudio criticaron el método para juzgar la gravedad de los síntomas.

Publicado el 6 de julio de 1974.

Entre los años 1972-1973 se administraron a la mitad de 2349 voluntarios un placebo y al resto 3,000 mg (tres gramos) de vitamina C al día durante varios días antes de insertar virus de resfriado vivos directamente en sus narices y luego continuó administrando 3,000 mg de vitamina C (o placebo) durante siete días más.

Todos los voluntarios contrajeron resfriados, que fueron de igual gravedad

Publicado el 10 marzo 1975.

Publicado el 05 abril 1975.

Publicado el 28 octubre 1976.

En un estudio llevado a cabo con 868 niños navajos.

Los niños que recibieron vitamina C promediaron 0,38 resfriados por persona, mientras que el grupo de placebo promedió 0,37.

La duración promedio de los resfriados fue de 5,5 días en el grupo de vitaminas y de 5,8 en el grupo de placebo.

Por lo tanto, en esta prueba, la vitamina C no previno resfriados ni acortó su duración .

En el último análisis de la vitamina C frente al resfriado común el estudio concluyó que no vale la pena tomar vitamina C extra.

Publicado el 17 enero 1977.

Publicado el 01 febrero 1979.

Publicado el 02 marzo 1979.

Publicado el 03 agosto 1979.

Publicado el 06 septiembre 1979.

Publicado el 17 octubre 1981.

Publicado el 01 octubre 2001.

Publicado el 31 enero 2013.

Un análisis de 29 estudios que incluyeron 11,306 participantes concluyó que la suplementación con 200 mg o más de vitamina C no redujo el riesgo de resfriarse.

La mayoría de los ensayos (43) se centraron en los suplementos regulares de vitamina C para evitar que una persona se resfríe.

20 ensayos se centraron en el uso de la vitamina C como tratamiento una vez que comenzaron los síntomas del resfriado natural.

Las conclusiones fueron:

¨El hecho de que la suplementación con vitamina C no reduzca la incidencia de resfriados en la población general indica que la suplementación de rutina con vitamina C no está justificada, sin embargo, la vitamina C puede ser útil para las personas expuestas a períodos breves de ejercicio físico intenso.

Los ensayos de suplementación regulares han demostrado que la vitamina C reduce la duración de los resfriados, pero esto no se replicó en los pocos ensayos terapéuticos que se llevaron a cabo.

Sin embargo, dado el efecto constante de la vitamina C en la duración y la gravedad de los resfriados en los estudios de suplementación regulares, y el bajo costo y la seguridad, puede valer la pena que los pacientes con resfriado común evalúen de forma individual si la vitamina C terapéutica es beneficiosa para ellos.

Esto es, la vitamina C no redujo la cantidad de personas que se resfriaron.

El uso de la vitamina C como tratamiento (es decir, una vez que comenzaron los síntomas del resfriado)  redujo la duración y los síntomas de un resfriado, haciéndolo menos grave.

Disminuyeron el tiempo de recuperación en un 8% en adultos y en un 14% en niños, en promedio consumiendo una dosis suplementaria de 1-2 gramos  de vitamina C.

Lo cual significa que un adulto promedio que sufre de un resfriado durante 12 días al año todavía lo sufrirá durante aproximadamente 11 días al año si esa persona tomara una dosis alta de vitamina C todos los días durante ese año.

Para el niño promedio que sufre aproximadamente 28 días de enfermedad por frío al año, tomar una dosis diaria alta de vitamina C probablemente significaría aproximadamente 24 días de enfermedad por frío.

Lo cual el beneficio de tomar vitamina C es marginalmente beneficiosa cuando se trata del resfriado común.

Aparentemente la vitamina C tiene un efecto preventivo solo entre las personas extremadamente activas, como los corredores y esquiadores de maratón así como las tropas del Ejército que realizan ejercicio intenso en condiciones subárticas, tomar al menos 200 mg de vitamina C todos los días parece reducir el riesgo de resfriarse a la mitad.

En sus cuerpos, la vitamina C ha demostrado ser capaz de detener el ciclo de replicación del virus, eliminando cualquier resfriado que estuvieran incubando.

En nuestros cuerpos solamente tenemos una rebaja de un día de enfermedad.

Algo es algo.

Mas hay que tener en cuenta sus efectos secundarios.

O efectos dañinos en el cuerpo.

Hablando de medicina, no todo es paraíso.

La ingesta diaria recomendada de vitamina C es de 75 mg para la mujer y 90 mg para el hombre.

Una naranja aporta por término medio 53 mg de vitamina C (40 – 80 mg por 100 g).

Otros primates que, como los humanos, no producen vitamina C, consumen entre 2000 y 8000 mg al día.

Los fumadores necesitan mayor cantidad de vitamina C, porque la nicotina reduce la tasa de esta vitamina en el organismo.

Otros que necesitan una cantidad mayor de vitamina C, son los que se encuentran bajo tratamiento ya que existen medicamentos que pueden disminuir la vitamina C en el organismo, como por ejemplo la píldora anticonceptiva, ciertos antibióticos y el acido acetilsalicílico (Aspirina).

Otras causas de la disminución de vitamina C en el cuerpo son las operaciones, infecciones, cáncer, heridas graves, diabetes mellitus, enfermedades intestinales o estomacales, estrés permanente y consumo excesivo de alcohol y tabaco.

No por ser vitamina y por lo tanto beneficiosa para nuestro cuerpo significa que no trae consecuencia contrarias.

Ahora, con respecto al daño que le puede ocasionar al cuerpo, tenemos que uno lo provoca la falta de vitamina C y el otro lo provoca la excesiva ingesta de vitamina C en nuestro cuerpo.

Una aportación de menos de 10 mg al día puede provocar escorbuto.

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Ahora, con respecto al daño que produce su consumo en exceso:

Con dosis superiores a 500 mg al día se produce ácido oxálico, que puede provocar mayor riesgo de padecer cálculos renales de oxalato.

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Las conocidas piedras en el riñón.

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Razón por la cual las personas con enfermedad renal NO deben tomar suplementos de vitamina C.

No se recomiendan grandes dosis de suplementos de vitamina C durante el embarazo.

La tolerancia intestinal designa la cantidad de vitamina C que puede ser absorbida por el intestino en un tiempo dado.

Un consumo demasiado rápido de vitamina C así como cuando esta cantidad es excesiva, la vitamina C no absorbida se elimina.

Durante su trayecto, atrae agua en el intestino, lo que produce una diarrea pasajera y benigna.

Esta es una de las razones por las cuales no podemos intoxicarnos con vitamina C.

Lo máximo que nos puede pasar es que se formen piedras en el riñón.

Quedando claro que la vitamina C no tiene efectos sobre la enfermedad de la gripe.

Los estudios han continuado buscando el mismo efecto, que proteja contra la enfermedad de la gripe, pero con otras vitaminas.

Y se descubrió que todo lo que se le atribuía a la vitamina C, lo tiene en realidad la vitamina D.

Publicado el 15 de febrero del 2017 se entregaron los resultados.

25 ensayos separados en los que se utilizaron los datos de 11,321 personas para intentar obtener una respuesta definitiva a la eficacia real de la vitamina D.

Se reportó lo siguiente:

La suplementación con vitamina D fue segura y protegió contra la infección aguda del tracto respiratorio en general. 

Los pacientes que eran muy deficientes en vitamina D y los que no recibieron dosis de bolo fueron los que más beneficios obtuvieron.

Nuestro estudio informa sobre una nueva indicación importante de la suplementación con vitamina D:

La prevención de la infección respiratoria aguda. 

Nuestros resultados se suman al cuerpo de evidencia que respalda la introducción de medidas de salud pública, como la fortificación de alimentos, para mejorar el estado de la vitamina D, especialmente en entornos donde es común la deficiencia profunda de vitamina D.

Y allí acabó la leyenda urbana.

Es mejor tomar vitamina D que la vitamina C no solamente para prevenir el resfriado común sino para prevenir infecciones agudas del tracto respiratorio.

Como resultado de los hallazgos, los autores sugieren que la vitamina D se fortifique en alimentos cotidianos como la leche y pan ya que se requiere que esta suplementación sea persistente.

En definitiva, los estudios demuestran que  tomar suplementos de vitamina D nos protege frente a las infecciones respiratorias, desde un catarro común a una neumonía o bronquitis  al aumentar los niveles de péptidos antibióticos en los pulmones.

Existen suficientes pruebas para aconsejar la vitamina D como reductor del riesgo de infecciones respiratorias.

Así también los estudios demuestran que el consumo ocasional o esporádica de suplementos con vitamina D no conllevó ningún tipo de protección frente a este tipo de infecciones.

Ni siquiera cuando los suplementos contenían unas cantidades desmesuradas de vitamina D.

Los estudios también demuestran que las personas con niveles bajos de vitamina D tienen más riesgo de sufrir fracturas óseas, enfermedades cardíacas, cáncer de colon, diabetes, depresión o Alzheimer.

Entonces, zanjada la interrogante de la vitamina C en cuanto a que no previene el resfriado común, siguieron los estudios con una diferencia:

Saber el efecto de la vitamina C en otras enfermedades.

Así lo hizo ver el estudio publicado el 29 de marzo del 2017.

En dicho estudio se sube la dosis, se les hizo ingerir de 6 a 8 gramos por día.

Tuvo básicamente los mismos resultados que una ingesta de 200 mlg respecto a que la vitamina C previene el resfriado común.

Sus conclusiones fueron:

La administración de vitamina C no disminuye la incidencia promedio de resfriados en la población general, pero reduce a la mitad el número de resfriados en personas físicamente activas. 

La vitamina C administrada regularmente ha acortado la duración de los resfriados, lo que indica un efecto biológico.

Y lo más importante, reportaron lo siguiente.

Tres ensayos controlados encontraron que la vitamina C se prevenía neumonía. 

Dos ensayos controlados encontraron un beneficio del tratamiento de la vitamina C para los pacientes con neumonía. 

Un ensayo controlado informó los beneficios del tratamiento para los pacientes con tétanos.

 Los efectos de la vitamina C contra las infecciones deben investigarse más a fondo.

Las conclusiones son en base a un total de 148 estudios en animales que indicaron que la vitamina C puede aliviar o prevenir las infecciones causadas por bacterias, virus y protozoos.

La gran mayoría de los mamíferos sintetizan la vitamina C en sus cuerpos, pero los primates y el conejillo de indias no pueden.

Razón por la cual los estudios se realizan sobre conejillos de indias ya que es un modelo animal útil para estudiar la deficiencia de vitamina C en el cuerpo humano. 

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Las infecciones contra las cuales la vitamina C fue significativamente beneficiosa incluyen:

Mycobacterium tuberculosis, estreptococos hemolíticos β, Fusobacterium necrophorum, toxina diftérica, Entamoeba histolytica, Trypanosoma brucei y Candica albicans.

¿ Qué tenemos entonces?

La vitamina C no previene el resfriado común.

Consumir regularmente vitamina C no tiene ningún efecto sobre la incidencia del resfriado común en la población común.

No hay justificación para consumir con regularidad Vitamina C  para prevenir resfriados.

Sin embargo, puede evitar que duren tanto,  acelera tu recuperación  y alivia algunos de los síntomas más graves.

No obstante, y a pesar de su ineficacia como antigripal, la vitamina C se puede considerar saludable por otros motivos.

Fortalece la función inmune.

La estructura ósea.

La absorción de hierro.

La piel saludable.

Reduce el estrés.

La presión arterial.

Y una de las cosas más importantes:

Es antioxidante (molécula que bloquea la proteína HIF-1,  la cual permite que cuando falta oxígeno las células cancerígenas puedan seguir viviendo convirtiendo el azúcar en energía.)

Y otros beneficios.

Razón por la cual es importante tener nuestra dosis diaria de vitamina C.

Es mejor tomar esa vitamina C de los alimentos, ya que también se obtienen otros nutrientes importantes, en vez de tomarlos por medio de suplementos.

Si tu deseo es tener los beneficios de la vitamina C frente al resfriado común, debes consumirla todos los días no al inicio de los síntomas del resfriado.

Aunque mejor sería tomar vitamina D.

No hay que olvidar eso de los estudios realizados.

Tampoco hay que olvidar otra cosa.

Su lado oscuro.

Si bien el estudio también indicó que consumir dosis más altas pude tener mayores beneficios debido a que la Vitamina C es un antioxidante y puede fortalecer el sistema inmunológico.

Es difícil de exagerar obteniendo la vitamina C de nuestros alimentos.

Cinco porciones de frutas y verduras por día son las necesarias para obtener nuestro requrimiento diario de vitamina C.

Mas cuando se toman suplementos es fácil exagerar.

Y allí es cuando vienen los efectos secundarios adversos.

No vaya a ser que en un momento inesperado, por alto consumo de vitamina C, nos agarre una diarrea sin baño disponible cerca.

No importa si cierras los ojos.

Si cruzas las piernas.

O que moderes tu respiración.

Nada ni nadie detiene la evacuación.

Y mientras cavilas en cosas mundanas.

Ponte a pensar que si aun vacunándote contra la gripe y tomando vitamina C para evitar la gripe, te sigues enfermando.

Seguramente te hace falta consumir más vitamina D.

IMAGINATE explicándole todo lo anterior a la abuela.

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