ARMA HECHIZA

 

Los emperadores del sacro imperio Romano Germánico tenían joyas que representaban su autoridad.

La entrada al Schweizerhof (Patio de los Suizos), en el Palacio de Hofburg, Viena, que alberga el Tesoro imperial:

Exhiben entre otras cosas:

Una corona imperial:

                                 

El orbe imperial:

La espada imperial:

La cruz imperial:

La espada de Carlomagno:

Aquí una Carlomagno portando las joyas de la corona.

Aparte de la joyas antes mencionada:

Había una reliquia que tenía todavía mas poder que las anteriores.

La lanza Sagrada, también conocida como lanza del Destino, lanza de Longino o lanza de Cristo.

Tiene un clavo utilizado en la crucifixión.

La lanza se menciona sólo en el Evangelio de Juan (19,33-34).

“Pero al llegar a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua “

Juan (19,33-34)

Una práctica conocida como crurifragium, era un método doloroso de acelerar la muerte durante la crucifixión de los condenados a este tipo de castigo.

Momentos antes de que los soldados romanos así lo hicieran, vieron que él ya había muerto y por eso pensaron que no había ninguna razón para romperle las piernas.

Tras alzar la cabeza, al menos eso cuentan las Sagradas Escrituras, y arrancar a su alma un último esfuerzo, gritó:

“Elih, Elih… lama sabactaní –“Padre, Padre… por qué me han abandonado”–.

Tras susurrar que ya estaba todo consumado, cerró los ojos, y murió.

Para cerciorarse de que estaba muerto, un soldado le clava su lanza en un costado.

El nombre del soldado que atraviesa el costado de Cristo no es mencionado en la Biblia.

En el evangelio apócrifo de Nicodemo.

De fecha desconocida, alrededor del siglo IV, también llamado hechos de Pilato.

El soldado es identificado como un centurión llamado «Longinos» («Longinus» en latín).

En el texto apócrifo. Caifás y Anás, los dos sacerdotes hebreos, relatan al resto del sanedrín las escenas de la Pasión de Jesucristo:

Nosotros sabemos que le hemos visto recibir bofetadas y esputos en su cara; que los soldados le ciñeron una corona de espinas; que fue flagelado; que recibió sentencia de parte de Pilato; que fue crucificado en el Calvario en compañía de dos ladrones; que se le dio a beber hiel y vinagre; que el soldado Longinos abrió su costado con una lanza; que José, nuestro honorable padre, pidió su cuerpo…

La leyenda dice que Longinos era un centurión Romano que servia fielmente a Pilato.

Tenía cataratas y se estaba quedando ciego, así que Pilato lo degradó porque ya no le servia de como guerrero.

LO asignó a una tarea más fácil, en el Monte Calvario también conocido como el Gólgota:

Se encargaba de que las crucifixiones salieran según lo planeado.

La Biblia cuenta que ese centurión tuvo que inspeccionar a los crucificados y al llegar a Jesús, no estaba seguro si estaba muerto.

Así que le clavó la lanza en el costado.

Se dice que la sangre de Jesús goteó por la lanza hasta los ojos de Longuinos.

Curándolo en el acto de las cataratas y la ceguera.

En otro apócrifo que nos presenta una supuesta correspondencia entre Pilatos y Herodes Antipas, los dos protagonistas del juicio de Jesús según San Lucas.

Carta donde la conversión del centurión romano corrió paralela a la de Procla, esposa de Poncio Pilatos (Evangelios apócrifos, ed. cit., p. 516).

Carta que no solamente incluye el nombre de Longinos, sino también su pertenencia a la primera comunidad cristiana:

Y has de saber que Procla, mi mujer, dando crédito a las apariciones que tuvo de él[i.e., de Jesucristo] cuando yo estaba a punto de mandarle crucificar por tu instigación, me dejó solo y se fue con diez soldados y Longinos, el fiel centurión, para contemplar su semblante, como si se tratara de un gran espectáculo.

Una forma del nombre Longinus también aparece en una miniatura en los Evangelios ilustrados por Rábula en 586 d. C.

Originalmente los primeros datos conocidos sobre la Santa Lanza se registraron por el comandante tebano San Mauricio alrededor del siglo III al IV d.C.

A finales del siglo III, el emperador Maximiano ordenó que la Legión Tebana se movilizase hasta las Galias para sofocar el conflicto.

El cuerpo militar comandado por Mauricio estaba formado por unos 6.600 hombres, todos ellos cristianos.

Maximiano ordenó a la orden a la Legión Tebana de invadir el pueblo de Octodure y matar a todos, pero entre los muertos Mauricio encontró a algunos cristianos, por lo que convenció a sus hombres de desobedecer al Emperador.

Los tebanos se negaron a ofrecer sacrificios a las deidades paganas y a rendirle tributo al Emperador arguyendo que eso ofendería a Dios y aquellos que cayesen en combate no tendrían acceso a la vida eterna por haber incurrido en el pecado de idolatría.

 Como represalia, Maximiano ordenó ejecutar una decimatio, que consistía en pasar por el filo de la espada a uno de cada diez hombres de la Legión Tebana, un tipo de punición que ya se encontraba en desuso para la época.

Cumplido el castigo, el Emperador repitió la orden y Mauricio volvió a desobedecerla.

En consecuencia se le aplicó nuevamente una decimatio a la Legión Tebana.

Al incumplirse por tercera vez la orden,  Maximiano dispuso ejecutar a todos los legionarios insubordinados.

La matanza se desarrolló en las afueras de Agaunum, en el territorio de lo que actualmente es Suiza.

El primer personaje importante en poseer la Lanza fue el Emperador Constantino de Roma, Constantino el grande, quien usando su poder expandió el Imperio Romano, sin conocer jamás la derrota.

Según la tradición cristiana, un hombre rico llamado José de Arimatea, que aparece en la Biblia, se ocupó de conservar junto con la Lanza:

La Cruz, los Clavos, la Corona de Espinas y el Sudario que envolvió a Cristo.

Al parecer, este hombre escondió todas esas reliquias y gracias a unas supuestas claves que dejó, fue Helena (madre de Constantino) la que redescubrió todos esos tesoros.

La historia dice que Elena, la madre del emperador.

Ordenó la mayor expedición a arqueológica a Jerusalén después de tener un sueño

En su sueño, la madre del emperador Constantino soñó que era conducida a los santos logares en los que vivió Jesús de Nararet.

En la Ciudad había un templo de Venus.

Elena fue llevada hasta allí y ordenó su demolición, debajo de los cimientos encontraron una roca, una tumba que ella y otros aseguraron que era la de Jesús.

En ese mismo lugar hoy se encuentra la iglesia del santo sepulcro.

    

Se encontró en ese lugar la Lanza, corona de espinas, algunos de los clavos y la cruz de madera en la que murió.

Para las personas de esa época, los poderes de las reliquias religiosas estaban fuera de toda duda.

Lo anterior fue en el año 312 después de Cristo.

Constantino con la lanza en la mano (no se sabe si llegó a sus manos porque los Romanos la tenían en su poder después de decapitar a Mauricio ó si fue por que su Madre Elena se la entregó de las reliquias de Jerusalén) durante la Batalla del Puente Milvio.

Miró hacía el sol a medio día y vió una cruz de luz con estás palabras en Griego abajo:

«Εν Τούτῳ Νίκα», cuya traducción al Latín es in hoc signo vinces «en este signo, vencerás».

Constantino adoptó la cruz como símbolo de su imperio.

Se convirtió al cristianismo

Constantino tenía dos clavos de la crucifixión.

Uno fue fundido en una corona.

El otro en la lanza de Cristo.

Con esa lanza se dice que Constantino trazó su Ciudad, Constantinopla.

Después de que cayó Roma, desde Alarico:

Hasta Atila:

Creyeron siendo paganos que rechazaban o desconocían la creencia en un Dios único, en los poderes de la Lanza y la solicitaban como requisito para la paz.

La leyenda fue creciendo, pronto se convirtió en un símbolo místico de la fe.

Las personas creían que la lanza de Cristo tenía poderes y así debería ser, por lo que fue objeto de obsesión.

Carlos Martel, caudillo de los francos:

Fue el siguiente portador de la Lanza Longinos durante la Batalla de Poiteirs en el año 732.

Lugar donde los cristianos consiguieron uno de sus primeros triunfos militares contra los invasores musulmanes.

Se dice que Carlos Martel fue el que detuvo la oleada de los Musulmanes a Europa y es la razón por la que somos cristianos en la parte occidental de Europa,

En los siguientes mil años, varios  emperadores utilizaron la lanza, entre ellos el nieto de Carlos Martel.

Carlomagno:

Fue el primero de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico en utilizar la Lanza en batalla.

Que la mantuvo bajo su poder a lo largo de más de cinco generaciones hasta ir a parar a la Casa Hohenstauffen de Suabia.

Y la lanza se convirtió en el símbolo de poder del imperio germánico.

Todos llevarían la lanza en batalla, todos obtendrían Grandes victorias.

Se decía que Carlomagno nunca dejaba la lanza a mas de 2 metros de su alcance, incluso cuando dormía.

Llevó consigo Carlomagno la Santa Lanza a lo largo de 47 campañas militares de las que salió victorioso.

Pero un día se le cayó la lanza de Cristo de las manos a Carlomagno mientras cruzaba el río  Aix-la-Chapelle.

Sus soldados imaginaron un terrible presagio que se convirtió en realidad.

Carlomagno murió un poco después víctima de la maldición al perder la vida en el año 814.

Con el paso del tiempo la lanza de Longinos se convirtió en una reliquia.

Dice la leyenda “quien posea la lanza gobernará el mundo”.

Se convirtió en un talismán de conquistas, de victorias a quien la empuñara.

Motivo por lo cual todos los Emperadores posteriores a Carlomagno quisieron poseerla.

Desde entonces la Santa Lanza pasó a ser propiedad de Heinrich el Cazador, también conocido como “Enrique el Pajarero” y fundador de la Casa de Sajonia.

Después la portaron:Enrique I.

Su hijo Oton I.

Oton III.

En 1084 Enrique IV le agregó una banda de plata con la inscripción «Clavus Domini» («El clavo del Señor»).

Carlos IV en el año 1350 grabo una letras en la lanza que decían lo que todo mundo creia, que era la autentica lanza y el clavo de Cristo.

En una lámina de oro se hizo la inscripción «Lancea et Clavus Domini» («La lanza y el clavo del Señor»)

Posteriormente el Rey Federico I Barbarroja se apropió de la Lanza Longinos.

La cual supuestamente le ayudó a construir un imperio mediante la conquista de Italia y la abdicación del Papado, hasta que una vez más en 1190, mientras vadeaba el Río Cidno en Asia Menor, perdió la reliquia e instantáneamente falleció ahogado.

Sin embargo, y según cuentan otras versiones, el artefacto tenía también una terrible maldición, pues el que se separaba de ella solía sufrir la más amarga de las derrotas en combate o incluso la muerte.

Rodolfo I le puso precio:

Hizo un trato con Enrique primero de Alemania, canjeando la lanza por un territorio en Suiza.

Por ser tan antigua tenía un reflejo de poder y fuerza.

Es por eso que para Hitler algo tenía más importancia que todas las joyas del mundo, la conocida como Lanza de Cristo.

Qué iba a hacer con la lanza del destino Hitler?

El líder alemán quedó prendado del arma debido a la leyenda que afirma que el que poseyera la lanza tendría el destino del mundo en sus manos.

Estaba claro porque Hitler la quería, pero no la tenía, no estaba muy lejos, estaba en Viena, la Cápital de su vecina Austria.

Pero…….

Cómo llegó allí?

En el año 1250 durante el reinado de Federico II.

La lanza sagrada fue transladada a Nuremberg, lugar en la que permaneció por 550 años como parte de los tesoros del Sacro Imperio Romano Germánico.

En 1796 cuando la lanza se encontraba en Nuremberg, Napoleón Bonaparte intentó apoderarse de ella.

Pero la lanza había sido entregada al barón Von Hügel para que la escondiera.

El barón se la llevó a Viena pero cuando pasó el peligro en vez de devolverla a Núremberg se la vendió a los Habsburgo quienes la rebautizaron como “lanza de San Mauricio”.

Los Habsburgo se llevaron la lanza a Austria donde quedó expuesta en el palacio.

La casa real de Habsburgo fue una de las fuerzas reinantes más poderosa de Europa durante varios siglos; tuvieron bajo su mandato a numerosas naciones europeas y poseyeron extensos territorios.

Allí estaba en 1908 cuando Adolf Hitler, que por entonces era un principiante de pintor la vió por vez primera.

“Gradualmente me di cuenta de una poderosa presencia alrededor de ella, la misma particular y magnífica presencia que había experimentado internamente en esas rararas ocasiones de mi vida en que sentía que un gran destino me aguardaba. Inmediatamente me di cuenta que ese era un momento importante en mi vida, y de todos modos no podía entender como un símbolo cristiano podía haberme causado semejante impacto”.

Una fotografía de Hitler en Viena cuando era desconocido.

Se asegura que desde ese instante empezó a codiciarla.

En los siguientes años Hitler retornaría frecuentemente al museo Hoffburg a contemplar la lanza, obsesionado por la misma.

Al saber donde se encontraba, una vez que fue Führer, lo único que tuvo que hacer fue llevársela.

El 12 de Marzo de 1938, las tropas Alemanas cruzaron la frontera con Austria.

Hitler reclamó tierras que fueron del sacro imperio Romano Germánico y la lanza de Longinos.

Según cuenta la historia, en el momento en que el Primer Tanque Panzer de Alemania cruzó la frontera con Austria.

Hitler ya tenía un soldado vestido de civil dentro del museo a un lado de la lanza.

Cuando fue informado ese soldado que se había cruzado la frontera se puso su uniforme, saco su pistola y se puso a hacer guardia a las  joyas de la corona.

Sus ordenas fueron que nadie debería tocarlas hasta la llegada de Hitler.

Dos días después llegó Hitler a Viena y unas de las primeras cosas que hizo fue a ver la lanza y las joyas de la corona.

En esa tarde del 14 de Marzo de 1938, Hitler entraba acompañado del jefe de las SS, Heinrich Himmler.

El deseo del líder nazi estaba a punto de hacerse realidad.

El Führer se dirigió directamente a la sala en donde se custodiaba la deseada Lanza.

Himmler salió de la sala, dejando a solas a Hitler con la mítica reliquia.

Allí permaneció más de una hora, ensimismado en sus pensamientos delirantes, alimentados por la visión de la Lanza que ya estaba en su poder.

Su sueño megalomaníaco se había cumplido.

Tras conseguir su objetivo, ahora los nazis debían proteger la lanza hasta que llegara a Alemania junto a las 31 piezas del tesoro austríaco que habían robado.

Tardaron nada menos que cinco meses en preparar el viaje.

Se requirió el empleo de un tren blindado, especialmente preparado para el traslado del valioso tesoro y que contaba incluso con aire acondicionado.

El 29 de agosto el producto del saqueo nazi salió de la estación Oeste de Viena en el más absoluto secreto.

Fue transportado hasta Nuremberg en el tren especial, siendo escoltado en todo momento por tropas de las SS.

Hitler tomó posesión de la lanza, era el día 14 de Marzo de 1938.

NO fue una fecha elegida al azar.

Es el día en que se recuerda a San Longino.

En 1354 el Papa Inocencio VI:

Establece oficialmente su veneración como la Lanza de la Pasión y se nombra Santo a Longinos, su fecha de celebración es el 15 de Marzo.

Hitler se llevó la lanza a la Ciudad Alemana de Núremberg, curiosamente a donde había estado por siglos.

Ya que siguiendo el ejemplo del sacro imperio Romano Germánico, Hitler decidió que fuera el epicentro de su reich.

Berlin era el cerebro, Núremberg el corazón.

Legar donde se hacían sus desfiles para exhibir el poder militar Alemán.

Al tener su lanza, daba a entender que era el heredero del sacro imperio Romano Germánico.

Fue como si el rey Arturo:

Se hiciera de la espada Excalibur y paseara por las calles con ella.

Con la lanza de Longinos en su poder, Hitler se sintió imparable en su objetivo de conquistar el mundo.

Así fue como según la leyenda, la Santa Lanza ayudó a Hitler a conquistar Checoslovaquia, Polonia, Noruega, Dinamarca, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Grecia, Yugoslavia, Ucrania, Bielorrúsia, Letonia, Lituania, Estonia, Rusia Occidental y Egipto.

Pero ya todos sabemos que fue lo que pasó.

La lanza no lo llevó a la victoria que soñó.

Pero en medio del caos, la lanza de Longinos, uno de los mayores tesoros de la historia de Europa, había desaparecido.

Desde la invasón, habían estado buscando la ubicación de la lanza debido a que se pensaba que se podía utilizar como talismán al ser portada por Hitler ante el ejercito.

Y de esa forma hacer resurgir la guerra a favor de los Alemanes.

Se tenía que resolver ese misterio y ubicar la lanza.

En una base militar del ejercito de Estados Unidos  en Belgica,  la suerte permitió que un solo hombre la localizara.

El Teniente Walter Horn, miembro de la división Monuments, Fine Arts and Archives (MFA&A) en español la división de los archivos de momunemtos y finas artes.

Su pasaporte:

Walter Horn tenía la misión de interrogar a soldados Alemanes prisioneros.

Walter Horn no era un soldado cualquiera, para empezar era Alemán.

10 años antes había escapado de las garras de la SS.

Había estudiado en la universidad de Berlín, su especialidad era la historia del arte, en especial las reliquias del sacro imperio Romano Germánico.

Representó a Alemania como lanzador de jabalina en unos juegos olimpicos.

Era alemán de quinta generación, tenía un doctorado, era joven y había viajado mucho.

Era el prototipo de los hombres que quería Hitler, solamente que abandonó el País en 1934.

NO estaba de acuerdo a lo que pasaba en Alemania.

Salió por Italia rumbo a Cuba, llegando a Estados Unidos.

Con el paso del tiempo se casó y se naturalizó como estadounidense.

Así es como acabó como interrogador de prisioneros Alemanes en Bélgica al final de la guerra.

Después de meses, Walter Horn no había descubierto nada.

Del  Julio 25 al 27 de Julio de 1945, había entrevistado a 21 personas entre ellos, Stadtrat Fries y Stadtrat Schmeiszner.

Las investigaciones revelaron que se dieron ordenes provenientes de Heinrich Luitpold Himmler de separar el tesoro:

Recibió Willy Liebel, alcalde de Núremberg desde 1933, las ordenes.

LOs tres anteriores manifestaron haber sido los responsables de separar el tesoro y dicen haberlo entregado a un desconocido.

Posteriormente Stadtrat Fries confesó haber mentido, dijo que junto a Liebel, Schmeiszner, y otro oficial de la SS official escondieron el tesoro el 31 de Marzo de 1945.

Le empezó a contar que el tesoro estaba escondido debajo de un castillo en la Ciudad de Núremberg.

Empezó a describir los tesoros y podría tratarse de cualquier objeto ya que todos sabemos que los Alemanes saquearon museos muy importantes de sus Países de origen.

Pero esta colección era diferente, describió un cetro, una corona y sobre todo un orbe, lo que llaman el orbe de la cristiandad.

Como no queriendo la cosa, le dijo que también había una lanza, una punta de lanza Romana.

Walter Horn enseguida reconoció la colección, no tuvo duda que estaba describiendo las coronas del Sacro Imperio Romano Germánico y la lanza de Longinos.

Supo que habían contratado a una persona para instalar un sistema de ventilación en una cámara secreta ubicada bajo el castillo de Núremberg.

Que otra persona tenía que ir una vez por semana a comprobar que los tesoros se encontraban en buenas circunstancias.

Tenía que revisar la humedad, si había insectos y ponerse guantes blancos.

Le describió describió una serie de túneles bajo el castillo que llevaban a una entrada secreta ubicada bajo una calle de la Ciudad.

En el final del túnel había una tienda de antigüedades, tenía dos puertas.

La que corresponde a la entrada principal y;

La segunda que solamente la usaban los miembros de la  SS.

Consciente de que podía haber descubierto la localización de uno de los mayores tesoros del mundo.

Walter Horn escribió un informe a sus superiores con todo lujo de detalles, incluso dibujó un mapa de la Ciudad que mostraba donde se encontraba el tesoro.

Walter Horn  se dió prisa, sabía que las fuerzas aliadas preparaban un ataque final en contra de la Ciudad de Núremberg y temía que la lanza fuera destruida por la  batalla.

NO creía que fueran a tomar como un objetivo primordial salvar las joyas de la corona.

El reporte cayó en la única persona que tenía el poder y voluntad de salvar la lanza.

El general George s. Patton.

También conocido como “el viejo sangre y agallas”

Estaba al mando del tercer ejercito en Europa, siendo uno de los generales que supervisó la invasión a Alemania.

Un hombre extravagante, a menudo aparece en fotos y películas, algunas veces portando dos pistolas de plata.

Era un brillante comandante y estratega militar.

George s. Patton se había convertido al cristianismo y se veía a si mismo como un guerrero cristiano.

Curiosamente, también estaba obsesionado con la lanza del destino.

Justamente lo que George s. Patton estaba buscando y lo encontró en ese informe de inteligencia.

SE volvió un objetivo militar para George s. Patton.

En la noche anterior al ataque final de la Ciudad de Núremberg, a menos de 24 horas.

George s. Patton tomó una decisión sorprendente.

Encargó que un grupo de soldados buscaran la cámara secreta, lo cual no sería tarea fácil.

Núremberg había sufrido incontables bombardeos aéreos, toneladas y toneladas de bombas.

Loa aliados querían mandar un mensaje a Hitler y tomar la Ciudad el 20 de Abril, cumpleaños del Führer.

Hitler estaba obsesionado en que no cayera Núremberg, sus ordenes para los soldados fue que debían luchar hasta quemar el ultimo cartucho y morir el último hombre.

El 16 de Abril inició la lucha a muerte por la Ciudad.

Ya que los Alemanes lucharon casi literalmente hasta que no quedó nadie en pie.

La unidad especial que George s. Patton envió pronto se vió envuelta en el fuego de la batalla.

Esa unidad con el mapa de Walter Horn  en la mano y con la perdida de muchos hombres, finalmente no lograron ubicar la cámara ya que era tanta la devastación que no estaban seguros del lugar en el que la tenían que ubicar.

Pero entonces realizaron un hallazgo, uno de los soldados encontró una fisura,  una especie de túnel y se adentraron.

Al final de un largo y oscuro túnel, se encontraron con algo impresionante.

En una pared de hormigón, había una puerta de acero de dos metros de alto y 30 centimetros de ancha.

Pero había un problema, la gigantesca puerta estaba cerrada con una combinación.

Era impenetrable, uno de los soldados puso dinamita para volar la puerta, pero justo antes de denotarla.

Un civil Alemán detuvo a los soldados, el cuidador del tesoro.

Detrás de la puerta, los soldados descubrieron un complejo subterráneo enorme e increíblemente sofisticado.

Era una ampliación de las bodegas que se encontraban debajo del castillo de Núremberg.

Estaba forrada de acero, tenía cerraduras especiales, las paredes tenían diferentes materiales para combatir la humedad, así como su sistema de ventilación, generador, Baños, agua, baños y una cocina.

Como los soldados no estaban seguros de lo que habían encontrado, enviaron un mensaje a Walter Horn para que fuera a Núremberg a identificar el contenido de la cámara.

Al llegar Walter Horn  a la cámara, dentro de una de las cajas se encontró con lo que se buscaba, la lanza del destino.

Posteriormente de su recuperación, el General Patton se negaba a entregarla,  decía que era un instrumento de violencia y que no se debía regresar.

Comentaban que el General Patton se quería quedar con la lanza al informar a sus superiores que la había destruido.

Tuvo que intervenir el General Eisenhower, comandante supremo, le ordenó tajantemente que la regresara..

Después de entregar la lanza, el General Patton sufre un accidente automovilístico:

y con los días muere.

La lanza volvió a Viena con una escolta armada en un avión especial y se celebró una ceremonia en su regreso a Austria.

El 30 de Abril de 1945, precisamente a las 14:10 horas, Walter William Horn con número de serie 01326328, tomó posesión de la lanza del destino.

Ese mismo día, murió Hitler.

Se cumple así la leyenda de que la pérdida de la Lanza significaba la muerte.

Eso dice la versión romántica.

Porque quiere poner la fecha de muerte de Hitler con la fecha de perdida de la custodia de la lanza.

Para seguir con el mito de la Lanza de Cristo.

Para que sea un final feliz.

Pero la verdad es que permanecía durante la guerra empaquetada en un refugio antiaéreo excavado en la roca y situado bajo el castillo de Kaiserburg, en Nuremberg.

Su estancia en el refugio sería breve.

El 31 de marzo de 1945, ante el avance de las tropas aliadas por territorio germano, Liebel creyó que el refugio no ofrecía suficiente protección.

Decidió guardar las piezas más valiosas –entre las que figuraba la Lanza- en cajas de cobre soldadas, que fueron depositadas en una recámara del búnker de la Panier Platz, procediendo luego a tapiar la entrada», sentencia el experto.

Una vez que se tomó Nuremberg, le tocaba a los americanos descubrir donde se encontraban las piezas más valiosas de la colección nazi, y ningún superviviente estaba dispuesto a dar información.

De hecho, la fuente más fidedigna, Liebel, había fallecido.

Los aliados encargaron la búsqueda a uno de sus hombres más valiosos.

El teniente Walter H. Horn fue el encargado de averiguar el paradero de la parte más importante del tesoro de los Habsburgo.

Era el día 19 de Julio de 1945.

Horn no lo tuvo nada fácil; las versiones de lo ocurrido arrojadas por los interrogatorios eran en su mayoría contradictorias.

Pero, tras muchos interrogatorios, el oficial descubrió donde se encontraba las joyas de manos del doctor Fries, un funcionario nazi.

El 07 de agosto de 1945, los norteamericanos se introdujeron en el interior del refugio antiaéreo de Paniers Platz.

Una vez allí, Fries indicó el punto en el que debía derribarse la pared de ladrillo.

Lo habían conseguido, habían arrebatado el tesoro a Hitler y lo habían hecho tres meses después de que el líder nazi se suicidara.

Aquí tenemos la primera hoja del reporte de las joyas encontradas realizado por el teniente Walter H. Horn:

En este Link tenemos todo el reporte de 9 fojas por un solo lado.

http://www.aaa.si.edu/collections/viewer/mary-j-regan-memo-and-enclosed-report-regarding-recovery-imperial-crown-jewels-holy-roman-empire-sent-to-walter-horn-16609/49509

La última hoja donde podemos apreciar que tiene como fecha 07 de Agosto de 1945, en Nuremberg.

Esa es la verdadera historia de la recuperación de la lanza.

Pero …….

Es la lanza de Cristo?

Dr. Robert Feather un experto metalúrgico fue autorizado a examinar la lanza científicamente.

Una de las primeras pruebas que realizó fue para comprobar si había rastros de sangre en la lanza.

Si fuera la sangre de Cristo sería el descubrimiento mas asombroso jamás encontrado.

Es una lanza, podría tener algo de sangre.

Pero no encontró nada de sangre.

Se le hicieron pruebas no invasivas con el fin de establecer la antigüedad de la lanza.

Las pruebas proporcionaron una fecha aproximada de la creación de la lanza.

El siglo Séptimo u Octavo después de cristo.

Comenta el Dr. Robert Feather:

“Asegurar que es la lanza que atravesó el costado de Jesús sería bastante dudoso por no decir imposible”

Qué tenemos entonces acerca de la lanza?

Volvió al mismo museo de la que la robó hitler.

La ciencia demostró  la lanza de Viena no era la que había atravesado el costado de Cristo.

La ciencia demostró la antiguedad de la Lanza.

El fenómeno de la sangre y el agua era considerado como un milagro.

Pero se puede explicar biológicamente por la perforación del saco pericárdico.

El líquido transparente fue parte del encharcamiento pleural que sufrió a consecuencia del descomunal castigo.

Sin embargo, para los católicos tiene un significado más profundo:

Representa la Iglesia (específicamente los sacramentos del bautismo y la eucaristía) que fluyen del costado de Cristo, así como Eva surgió del costado de Adán.

La tradición cristiana, refiriéndose a la novela La lanza de Louis de Whol le identifica como Cayo Casio Longinos (“Gaius Cassius Longinus”, en latín).

Pero de esa manera quien atravesara a Jesús con una lanza se llamaría igual a uno de los principales asesinos de Julio César.

Con esto no se hace más que debilitar la teoría de que el soldado que atravesase a Jesús se llamara así.

Durante siglos la lanza había sido venerada por lo dirigentes mas poderosos de Europa.

Aunque hoy en día se sabe su origen, sigue siendo importante

Hitler sabía muy bien una cosa, no importa lo que sea algo, lo que importa es lo que la gente crea que es.

IMAGINATE se dice que Adolf Hitler quería la lanza del destino en sus manos para iniciar la conquista del mundo.

 

MISTERIO RESUELTO 0018.